- Rapidez en el tratamiento: Cuando caes enfermo o tienes alguna lesión el tiempo puede pasar desesperadamente lento, sobre todo si hay que esperar a que te deriven a un especialista. Con un seguro médico privado, este tiempo se ve enormemente reducido ya que puedes acudir directamente al especialista que precises.
- Tranquilidad: La gente asegura sus hogares, sus coches y pertenencias valiosas para estar tranquilos por si algo ocurriera, y así estar cubiertos económicamente y poder reemplazar lo que han perdido. La salud es la pertenencia más valiosa de una persona y aunque no se pueda reemplazar debería protegerse. Un seguro médico privado significa que si pasara cualquier cosa, estarías en posición de conseguir el tratamiento adecuado y en el menor tiempo posible.
- Libertad de elección: Poder escoger un especialista y decidir cuándo quieres ser tratado es uno de los más grandes beneficios de tener un seguro médico privado. Sólo debes tener en cuenta que no todos los seguros te ofrecen esta total libertad en sus pólizas, deberás comprobar si tu póliza restringe el tratamiento a ciertos hospitales.
- Privacidad: Cuando enfermas, la intimidad y la tranquilidad pueden llegar a ser factores muy importantes en tu recuperación. Los hospitales privados pueden proporcionarte mucha más intimidad que la Seguridad Social, con habitaciones privadas con baño e incluso cama de acompañante. Además, no tendrás a un grupo de estudiantes de medicina acompañando a tu médico cuando te visite.
- Continuidad en el tratamiento: Tener un seguro médico privado significa que si necesitas citas médicas continuadas, éstas serán con el mismo especialista. Desafortunadamente, ese no es el caso en muchas ocasiones en la Sanidad Pública, ya que las largas listas de espera hacen que se ralentice el tratamiento y nos cambien el especialista entre una cita y otra.
- Precio: Sí, yo siempre pensé que contratar un seguro de salud iba a costarme un riñón, como se dice comunmente, pero para mi sorpresa, desde tan solo 45€ al mes; lo que pagarías por esa cuota del gimnasio al que vas de vez en cuando pero no todo lo que deberías... mi correduría de seguros me ofreció una póliza de salud que me cubría las visitas al ginecólogo, de mi elección, y además me ofrecía un complemento bucodental en el que se incluyen servicios básicos gratuitos como limpieza de boca, curas, radiografías, extracciones, etc. Después de todo, toda embarazada debe visitar al dentista al menos una vez durante la gestación.