Buenos días a todos y a todas. En mi artículo de la semana pasada os hablé de la ecografia doppler a color que tuve que hacerme ya que mi tocóloga estaba preocupada por el peso de mi bebé. También pasé por monitores y hoy os hablaré de cómo fue la visita.
El lunes pasado me hicieron la ecografia doppler y mi bebé estaba perfectamente, ya pesaba 2600 gramos, había engordado 150gramos en una semana, lo cual no estaba mal, pero no dejaba del todo tranquila a mi doctora. La ecografia mostraba un movimiento fetal normal, lo que me dejó muy tranquila.
Tras la eco, me pasaron a monitores, pero mi niña decidió dormir en vez de moverse, así que me hicieron volver el jueves de la semana pasada para repetir la prueba, ya que no podían detectar el suficiente movimiento fetal como para interpretar el gráfico del monitor.
Volvimos el jueves, yo fui preparada, comí un par de pastas dulces y un zumo antes de realizar la prueba de monitor para que mi niña estuviera en pleno movimiento, ¡y funcionó! No paró de moverse y en 20 minutos nos pasaron al despacho de la tocóloga quien me realizó una nueva ecografia.
Los resultados, no podían ser mejores, mi bebé ya pesaba 2800 gramos, ¡había engordado 200 gramos en 4 días! lo que dejó muy contenta a mi doctora y a mi pareja y a mi, -"esto ya es un peso normal - dijo. También me informó de que mi útero estaba empezando a dilatarse y que mi placenta ya presentaba un aspecto más maduro, lo que indicaba que el día del parto estaba cada vez más cercano. ¡Qué nervios!
Tengo la siguiente visita programada para este miércoles a primera hora de la mañana y visita con el hematólogo esa misma tarde, que me dará los resultados de mi análisis de plaquetas. Lo pienso y menos mal que tengo un seguro de salud privado, ya que este seguimiento tan eficaz y exhaustivo de mi embarazo no habría sido posible a través de la Seguridad Social con sus largas listas de espera.
