En cuanto supe que me había quedado embarazada, (¡qué gran noticia!) decidí pedir hora para la ginecóloga que había escogido del cuadro médico de mi provincia; que mi seguro me facilitó por correo postal. Sólo estaba de cuatro semanas, y la señorita que me atendió me indicó que tenía que esperar hasta la 7ª semana para mi cita.
Llegó el ansiado día, y mi pareja y yo llegamos a la clínica, nos hicieron pasar a una sala de espera muy agradable con sofás grandes y cómodos (nada que ver con las salas de espera de la Seguridad Social) llena de mujeres embarazadas, o mujeres con bebés, - buena señal - pensé. No tuvimos que esperar mucho y nos hicieron pasar, estaba muy nerviosa, sabía que me iban a hacer la primera ecografia de mi embarazo, y aunque no se iba a ver mucho, estaba deseosa de ver al pequeño o pequeña responsable de mis mareos matutinos, mis cambios de humor y mi fatiga constante.
La doctora nos hizo pasar a su despacho, nos estrechó la mano presentándose y a continuación me hizo una serie de preguntas rutinarias sobre mi historial clínico. Me preguntó si me había hecho análisis de sangre y orina ya, y le contesté que justo a la mañana siguiente tenía hora para hacerlos en mi centro de salud. Entonces me comentó que me los podía hacer en la misma clínica si así lo deseaba, y que así le llegarían directamente a ella y seguidamente me planteó la siguiente cuestión:
-¿Vas a tener el bebé con nosotros o a través de la Seguridad Social? ¡Buena pregunta!, ni me lo había planteado, como os dije, no tenía experiencia en seguros privados y no sabía "cómo iba la cosa"...
Yo hasta el momento había pensado en llevar mi embarazo por la Seguridad Social y por el Seguro Privado, después de todo... dos mejor que uno, ¿no? Pues parece ser que no, mi ginecóloga me explicó que llevar un doble diagnóstico simultáneo, podría causarme, preocupación innecesaria y stress al tener que acudir a dobles citas, dobles análisis, dobles ecografias, etc. En definitiva, no me recomendaba compaginar el embarazo en la seguridad social y por seguro privado. Le pregunté cuál sería la diferencia de tener mi bebé con la Seguridad Social y el tenerlo por el Seguro Privado, así como el seguimiento que se hace en uno y otro, a lo que me contestó lo siguiente:
-Sin menospreciar en absoluto el sistema sanitario español, en el parto te atenderé yo, tu doctora que te ha estado llevando el seguimiento de tu embarazo desde el primer día. Por la Seguridad Social será una matrona, que de nuevo, sin menospreciar su labor, no está tan preparada como lo estaría yo en caso de que hubiera alguna complicación.
- Además me dijo que daría a luz en un hospital privado, con una habitación individual y cama para acompañante. En resumen, una atención más personalizada. Con eso me compró. Decidí llevar mi embarazo con el seguro privado, todas mis dudas acerca del seguimiento, precios, el cuando y cuantas ecografías se hacían así me lo indicaban.Me hizo pasar a mí a mi pareja a la habitación de ecografias, da un poco de miedo ya sabéis, con el potro, los aparatos y demás, pero en seguida me relajé al ver la pared cubierta de fotos de preciosos bebés que le habían mandado los padres en agradecimiento por su labor y atención. Sabía que había tomado la decisión correcta.
Llegó la hora de la eco, y aunque no se distinguía mucho por mi estado prematuro, la doctora me dijo que estaba todo en orden, y que sí, que estaba de 7 semanas... entonces, escuché un bumbumbumbumbum.. ¡era el latido de su pequeño corazón que latía a 153 latidos por minuto! Ahí giré la cabeza hacia mi pareja y nos miramos emocionados, es una sensación increíble, las que ya han sido madres sabrán de lo que hablo, y las que lo van a ser... ya lo verán y sentirán.
Todo en orden, nos fuimos de la consulta con una carpeta muy completa en la que aparecen consejos sobre dieta, ejercicio, libros de referencia, y demás consejos sobre el embarazo y la lactancia, y como no, la foto de la ecografía, la primera prueba de la existencia de nuestro bebé. También me citó para el 30 de mayo, para la ecografia doppler a color y para un EBA Screening (Screening ecográfico-bioquímico de aneuploidías) vamos, un análisis de sangre que determina el índice de riesgo del síndrome de Down, una prueba rutinaria. Para la ecografia y para la que me dijo que tenía que pedir autorización a mi aseguradora. Llamé a mi agente de seguros y ellos se encargaron de contactar con la aseguradora para pedir la autorización. Como había contratado el seguro un mes antes de quedarme embarazada, necesitaban saber la fecha de mi última menstruación, para asegurarse de que no estaba embarazada ya en el momento que contraté el seguro, lo cual significaría que tendría que volver a la Seguridad Social. Pero les envié los datos de mi ficha y me concedieron la aprobación.
Así que felices y contentos dejamos la clínica y volveremos el día 30 de mayo. Ya os contaré cómo fue la experiencia.